
Ingresé el otro día a la plaza cívica ubicada en el interior de la manzana que ocupa la sede local de la Gobernación de Santa Fe y me encontré un dinosaurio caminando por allí.
El bicho, como podrán ver en relación al auto que se ve en el fondo, es bastante grandecito y temible.
Hasta hace unos años, el lugar era el patio central de la Jefatura de la Policía de Santa Fe y uno de los reconocidos centros de detención clandestinos en Rosario durante la última dictadura.
Lo curioso es que todavía anden deambulando -como extraviados y acorralados- alguno de los deleznables dinosaurios de aquella época.