domingo, 30 de noviembre de 2008

¡Ups!, ¡eso no era la palanca de cambios!

El lector anónimo Rodrigo -como se autodefine, aunque no entiendo como puede ser anónimo alguien que se presenta dándome su nombre- me envió la foto de sucede al texto que estoy escribiendo en este preciso instante (bueno, en el preciso instante en que lo estaba escribiendo).
Según cuenta Rodrigo, en Montevideo él "estaba averiguando los requisitos para tener el permiso de conducir motos, y encontre el Manual de Conduccion de Motos donde aparece una muestra del documento" o como le llamamos aquí: carnet de conductor. Aclaro que el link es oficial del gobierno, es decir que le damos el mayor crédito.


A juzgar por el aspecto de esta senorita, o señora, o señor o jovencito, podemos decir que el tal Alejandro de la foto está hecha toda una mujercita.
¡Bien por Montevideo, donde no discriminan por la sexualidad de las personas y les dejan además posar con sonrisas abiertas sin exigir a los conductores que pongan su mejor cara de culo!
¿Usted dice que se trata tan solo de un error?
No sea mal pensado y dele algo de crédito a los muchachos de la Municipalidad de Montevideo.

lunes, 24 de noviembre de 2008

La vida de los autos XXIX: El caníbal

(fotografía del colega Rapote, tiburonero nocturno de primera hora; bah, de la última: es nocturno)

Podemos apreciar en esta captura fotográfica de Rapote -nada tenemos que envidiar al National Geopraphics- un hecho poco común en la fauna automotriz: un caso de canibalismo vehicular o cochefagia o simplemente un hambre atroz.
El caníbal, al igual que las serpientes, abre desmesuradamente el capot -unido al chasis por una ménsula elástica- y acelera por la ruta hasta atropellar y literalmente tragar a su presa que desprevenida nada puede hacer pues el depredador refleja el sol de tal manera que encandila el espejo retrovisor de su alimento.
Una vez engullida su víctima, se estaciona a refrescar el motor mientras comienza el proceso de digestión.
En la foto puede verse claramente como la carrocería se estira para contener el vehículo tragado, que puede ser incluso superior a él mismo en tamaño (se conocen casos de Fiat 1500 que deglutieron de un solo topetazo un Valiant Coronado).
El proceso de descomposición puede demorar entre cinco y seis años, dependiendo en gran medida de los componentes sintéticos del alimento. La incomodidad que resulta de ello, muy rara vez un vehículo devora a dos simultáneamente.
Si bien no se ha podido comprobar todavía, algunos observadores sostienen que los ómnibus de doble piso no son más que colectivos caníbales que han devorado a otro de su misma especie.

martes, 18 de noviembre de 2008

¡Vendido!

Gabriel Espisua nos envía una bella instantánea urbana.
Podemos ver que el negocio inmobiliario está explotando en nuestro país.
Imaginamos el posible anuncio clasificado que permitió a una feliz parejita de recién casados adquirir esta refinada columna: "AAAA estrenar. S/expens vista al fte. terraza. piso madera. instalac eléct. ventilada y luminosa. ideal amantes naturaleza"

martes, 11 de noviembre de 2008

¡Qué chucho, Manucho!

El amigo Delocks me acercó la imagen precedente.
¡Lindo para cruzártelo por la Ruta 2 a las tres de la mañana!

jueves, 6 de noviembre de 2008

La política es una mierda

(¡gracias, Profe, por enviar su foto y evitar sanciones!)

Prendido como nadie, candidato a todo, este político sí que sabe hacer campaña desde su luneta trasera, según el testimonio gráfico enviado por el amigo Profe.
Eso sí: con ese apellido, el único que puede aceptar ser su compañero de fórmula es Minguito Ríos.