Primero, el jueves, sin ruidos mediantes, se me quemó un pendrive Kingston de 1Gb, junto a páginas y páginas de cosas escritas que viajaban de un lado a otro. Ese mismo día alquilé dos DVD fallados (uno rayado y otro con problemas de menú) así que además me quedé sin película. Ya se perfila una meada de elefante como para llenar un tanque australiano.
Después, el viernes, mi computadora se murió temporalmente con acompañamiento de varias tecnomatopeyas.
Primero, se escucho un fiiiiiiiii permanente.
Reseteé y luego al encender un tlac metálico sonó terrorífico.
Por último el slussssssss al apagarse la fuente en forma ¿definitiva?.
Seguramente es el disco o la memoria, ya veré. Por lo pronto sigo llorando la pérdida probable de invaluable información.
Mientras tanto arreglo los fierros -cosa que seguramente puede demorarse varios días incluyendo los tres pasados- y esperando que me disculpen, estaré en un no tan saludable silencio de radio.
3 comentarios:
Póngale un poquito de antibióticos en el porta CD, seguro que tiene gripe de las feas, o rocíela con tecito VIC y resucita.
Ay, qué feo. Que le sea lo más leve posible. Algo así le va a pasar a mi máquina y me voy a poner a llorar por no haber hecho backup.
¡a hacer bacap que se viene el fin del mundo!
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