¿Sabés lo que pasa?, me mandé como veinte litros de super, unos diez de Fangio y después le pegué sin asco a la sin plomo.
Y todo eso con el tanque vacío. Tomar tanto sin tener nada sólido en el estómago te pega mal. Eso y la mezcla que hicimos.
Es que estábamos de fiesta, un sedán amigo, dos coupés fuertísimas, muy bien de gomas -unos neumáticos japoneses que para qué te cuento- y yo. Trago va, trago viene, ronroneo de acá, picadita de allá, la cosa se me fue de las manos.
Un rato después, tenía un revoltijo adentro, mirá que tengo GNC pero nunca sentí tantos gases. La descompostura que me agarró fue terrible.
Por suerte disimulé y me fui solo para la esquina. No alcancé a dar la vuelta que lancé todo.
Un asco, no podía parar. En un santiamén vacié todo lo que tenía adentro.
La verdad es que me di vuelta como una media.
Al rato volví con las chicas y mi amigo, pero ya no fue lo mismo, estaba destruido.
Ahora me estoy cuidando, no estoy saliendo a la calle. Por unos días, agua destilada para la batería y hasta ahí me animo nomás.
6 comentarios:
The Bug, ud es un grosso!!
...que haríamos, nosotros simples fotógrafos, sin su verba??
No soy grosso, soy grueso.
Pero algún día me meto en un dieta y vas a ver.
Que triste espectáculo, y encima siempre hay un botón que fotografía.
¡Botón no!
Paparazzi
Ojo, que me dijeron que en Rosario hay una coupé de buenas gomas y tapizado de leopardo, que le roba los órganos mecánicos a otros autos desprevenidos.
Usted se salvó raspando.
Pero el Seguro no cubre raspones.
seguro que ahora hay que andar a las vivas!!!
Con tanto auto mandadito ya no se sabe cuando sera uno adornado por un diseño michelin
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